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Los días 21, 22 y 23 de junio se presenta en La Cineteca, Matadero Madrid, Sala Borau el documental de Julia Juaniz dedicado a la vida de Celestino Uriarte, un revolucionario que dedicó su vida a la lucha por la libertad.

Vida de Celestino Uriarte que luchó por las libertades en España desde 1934 participando activamente en la guerra, guerrilla y exilio.

Celestino Uriarte fue un revolucionario que dedicó su vida a la lucha por la libertad. Su biografía, a través de varios testimonios, nos adentra en los sueños de las personas que lucharon por la república social, la autodeterminación de las naciones y estuvieron en diferentes batallas contra el capitalismo y el fascismo.

Con 26 años destaca en la revolución de 1934 en Mondragón, participa activamente contra la rebelión militar en varios frentes, pasa por campos de concentración en Francia, milita en el PCE, en las guerrillas urbanas, es condenado a muerte, huye de la cárcel. Su posterior lucha en el exilio son episodios que aportan conocimientos sobre la historia de aquellos que lucharon por la libertad e igualdad en la España del siglo XX.

Pases:
Viernes 21 DE JUNIO (20:30h) Con la presencia de Julia Juaniz, Julia Monge y Juan Ramón Garai, los autores.
Sábado 22 y Domingo 23 de junio (18:30h ambos días)
Sala Borau de La Cineteca, en Matadero Madrid, Sala Borau, Plaza de Legazpi, 8

Para conocer la figura de Celestino Uriarte reproducimos el prologo del libro Celestino Uriarte. Celestino Uriarte. Clandestinidad y resistencia comunista, obra de Juan Ramón Garai, editado por Txalaparta en septiembre de 2008.
El prologo es de Jose Iriarte «Bikila»

La condición militante

«Las suyas son novelas de acción,
no por simple vocación testimonial y vitalista
sino por un hondo sentido de la praxis como realización ética».
Sobre la obra de André Malraux.

Celestino Uriarte: Clandestinidad y Resistencia Comunista es una biografía, escrita con rigor histórico y con pasión. Con rigor histórico, porque sus autores han realizado una ingente tarea de investigación, deambulando por todo tipo de archivos, donde de una forma u otra, se da constancia y testimonio de la militancia política de Celestino Uriarte. Con pasión, porque aunque cubierta tras una prosa un tanto fría -más acorde con las necesidades de una obra biográfica, que con una historia novelada- en cada línea, en cada capítulo, palpita un impulso que conecta y simpatiza con ese sentido de la praxis como realización ética que impregnó esa estirpe de revolucionarios que en medio del cataclismo social quisieron tomar el cielo por asalto. Y dieron, o dedicaron su vida a tal empeño.

Más allá de la simpatía ideológica que uno pueda sentir -no voy a ocultarlo- con este tipo de libros, pienso que su mérito va mucho mas allá. Se trata a todas luces de un loable esfuerzo por rescatar del olvido -nada inocente- la vida militante de un comunista íntegro, un internacionalista fervoroso, un vasco de Arrasate, que hasta sus últimos días se mantuvo firme en sus convicciones. Celestino fue sin duda de esas personas, con sus luces y sus sombras, que Bertolt Brecht consideraba como imprescindibles para la causa emancipadora. Otros comunistas vascos, como Astigarrabía, defensor de una estrategia de colaboración con el PNV y que formó parte del Gobierno Vasco, o Larrañaga, autor de interesantes reflexiones sobre la cuestión nacional vasca -quien ante la famosa polémica entre el derechista Calvo Sotelo, que afirmó “antes una España roja que rota” y el PNV que respondió, “los españoles incluso los de izquierdas, son ante todo españoles y luego lo demás”, Larrañaga con grandes dotes para el mitin y la oratoria les salió por banda afirmando que “una España roja sería una España Rota”, dando a entender con ello que el socialismo suponía libertad para que todas las naciones escogiesen unirse en libertad- estos comunistas, como decía son más conocidos que Celestino Uriarte y es que Celestino, fue un hombre de acción y sobre todo, un gran organizador.

No consta, ni el libro informa, que nuestro personaje desarrollase una gran labor teórica o política por escrito que nos permita conocer sus reflexiones propias. Con sus limitaciones, Celestino fue sin lugar a dudas, un personaje importante en la historia del PCE y también en el movimiento obrero de cuyas filas empezó a destacar con tan sólo 16 años. Su currículum militante da fe de ello. Con 16 años ya destacaba en la defensa de los intereses de sus compañeros y por ello fue elegido representante obrero en la empresa Elma de Mondragón. Durante la Revolución de Asturias del 34, fue uno de los principales artífices de que Mondragón se insurreccionase, razón por la cual tuvo que exiliarse. Dicha insurrección no fue un movimiento espontáneo y de solidaridad, sino el resultado de una línea política que incluía profundas transformaciones sociales y una decidida estrategia de lucha de clases. La abolición del dinero que decretó el Comité revolucionario y la proclama de la república social en vigor mientras tuvieron el poder local, nos indica el sistema igualitario por el que luchaban los insurrectos. La formación de milicias armadas locales, y en cuya formación Celestino, líder de las Juventudes Socialistas, jugó un papel central, demuestra el temple y la convicción con que luchaban.

Volvió con el triunfo del Frente Popular. Tras el alzamiento fascista formó parte de las primeras milicias de izquierda que hicieron fracasar la rebelión en Donostia. Ejerció de Comisario de Guerra del frente de Mondragón y posteriormente fue representante de las Juventudes Socialistas Unificadas, en el estado mayor de las Milicias Populares Antifascistas.

A primeros de 1937, ingresa en el Partido Comunista porque considera que el partido es el «único que en los actuales momentos, sabe seguir la línea política justa, de acuerdo con las circunstancias presentes y con la lógica interpretación de la doctrina marxista-leninista». Esta decisión marcará profundamente a Celestino, no sólo en lo relativo a su trayectoria política sino en su forma de concebir la revolución. A partir de entonces la URSS y la Tercera Internacional -dirigidas por Stalín- y el PCE -dirigido por quienes gozan de la confianza del Kómintern- serán para Celestino los pilares sobre los cuales se asentarán sus convicciones revolucionarias.
Celestino, al igual que muchos socialistas, comunistas, anarquistas y gudaris, no se rindió en Santoña y continuó luchando en Asturias hasta el final. Tras la caída de Asturias pasó a Cataluña y combatió en la batalla del Ebro al frente de una brigada con grado de Mayor. Fue herido en combate. Ironías del destino, Lister jefe del Quinto Regimiento -con quien luego se solidarizaría cuando fue expulsado del PCE- le acusó injustamente de cobardía ante el enemigo. Posteriormente tuvo que retractarse ante las apabullantes pruebas de valentía y dignidad de las que hicieron gala Celestino y su brigada, que fue prácticamente exterminada. Por dicha actuación le concedieron la Orden del Valor y la mención se hizo pública en el último Boletín de Estado que el gobierno de la República mandó editar antes de su derrumbe definitivo.

De nuevo al exilio. Esta vez en un Campo de Concentración. El Gobierno Vasco le hizo responsable -a pesar de ser comunista- de los presos vascos en el campo de refugiados de Gurs, dada su integridad y capacidad organizativa. Escapó y marchó a Sudamérica.

Vuelve al interior en 1944. Será responsable político militar en Madrid y en Valencia y posteriormente responsable de organización en Asturias. Desde dentro, Celestino toma conciencia de la gravedad de la situación, la cual generalmente, tiene poco que ver con los informes elaborados desde “bureaux” que viven en su mundo, lejos de la represión que golpea sin piedad a los militantes y aterroriza al pueblo hasta límites insospechados.

Detenido en el 46 en Gijón, será torturado en comisaría durante 43 días y condenado a 30 años de prisión. Posteriormente el fiscal pedirá pena de muerte por los acontecimientos del 34 en Arrasate. Por esta razón, en carta fechada el 20 de septiembre de 1946, el jeltzale Manuel de Irujo, informaba al correspondiente ministerio de la República española en el exilio de la siguiente forma.: “Celestino Uriarte, de Mondragón, Jefe que fue del batallón de Dragones del ejército vasco. Capturado en Asturias y sometido a un trato salvaje, está amenazado de juicio sumarísimo. Conviene que hagamos lo posible por evitar su ejecución”.

El 28 de febrero de 1950, junto con otros tres compañeros, se fuga de la prisión de Martutene, en una evasión digna del más rocambolesco «Papillon».

De nuevo al exilio.

Con la invasión de Checoslovaquia, el mes de agosto de 1968, por el ejército soviético, el PCE condena esta intervención e inicia el distanciamiento de la URSS. Esta condena abre una crisis en el seno del PCE entre Lister y el resto de la ejecutiva del partido. El mes de agosto de 1970, se expulsa a Enrique Lister, Celestino Uriarte, José Barzana, Luis Balaguer y Luis Saiz.

Fallece en Berlín, el 9 de septiembre de 1979. Un año antes había visitado por última vez su Arrasate natal.

Recordamos!!!!
Estreno de KAMARADA en Madrid, un documental de Julia Juaniz
Días 21 (20:30 horas), 22 (18:30 horas) y 23 (18:30 horas) Sala Borau de
lLa Cineteca, en Matadero Madrid, Sala Borau, Plaza de Legazpi, 8