Ha muerto hace unos días, en Audun Le Tiche (Francia), el mondragonés José Mentxaka a los 92 años. Forzado al exilio en el año 1948 al tener que escapar de Melitón Manzanas, jefe de la policía franquista.
Con tan solo 15 años comenzó su militancia en las Juventudes Socialistas Unificadas y el mismo día del Alzamiento fascista se presentaría como voluntario en la Casa del Pueblo, situada entonces en el Arrabal.
“Celestino Uriarte nos pasó un comunicado firmado por la Comisaría de Guerra de Arrasate a Carlos Mercader, a Andrés Castelo y a mí para que recogiéramos escopetas en los barrios de Udala y Bedoña y conseguimos bastantes…, trajeron también dinamita para hacer bombas. Fuimos a Elma a recoger codos, se cerraba uno de los agujeros, se metían unas canicas de hierro, explosivo y detonador, se volvía a cerrar el codo con una tapa y le poníamos una mecha corta”.
Posteriormente, cuando se organizó la Comisaría de guerra en Elorrio hizo labores de enlace del Estado Mayor. Fue testigo de los bombardeos de Gernika y Durango. Después de caer Euskal Herria, los que quedaban del Batallón Dragones se reunieron en Soto de Iruz y se reunificaron con el batallón Larrañaga, resistiendo en Asturias hasta la caída del Frente Norte.
De Gijón, le trasladaron preso a Don Benito(Badajoz), tras pasar cuatro años en un batallón de trabajadores volvió a Mondragón.
Terminada la guerra siguió militando de forma clandestina en las Juventudes Socialistas Unificadas hasta que en 1948 marchó al exilio junto con Paco Goronaeta y Luis Badiola. Mientras José y Paco encontraron trabajo en la minería, Luis Badiola, sin embargo, moriría en la cárcel, después de ser detenido por la policía francesa.
Hasta siempre, José, seguiremos rompiendo el silencio y luchando por conseguirla libertad.
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