Los “Errekalde”, como muchos otros mondragoneses, estudiaron en la escuela Biteri. Trabajaron en la Unión Cerrajera. Formaron parte de la lucha por el cambio social durante la revolución de octubre de 1934 y mientras unos dieron la vida por la Segunda República (por los pueblos y las personas). Otras tuvieron que exilarse. Las que volvieron fueron despedidas de la Unión Cerrajera.

Recordando a Aitor Etxarte Berezibar, comenzamos la marcha en el Monolito a los asesinados por los fascistas y luego nos dirigimos a la calle Olarte, al solar donde estuvo la escuela Biteri, a la Unión Cerrajera, Escuela de Aprendices, la estación del tren, y en el Arrabal de Maala: la casa Errekalde, el bar Plus Ultra y la casa Okendo donde estuvo la Casa del Pueblo.

En ese recorrido también hicimos paradas en otros lugares para contar la historia del lugar, por ejemplo frente al lugar donde estuvo el monolito franquista. En ella señalé:

La placa de los caídos

El 25 de junio de 1939, coincidiendo con las fiestas de San Juan, se realizó un homenaje a los excombatientes franquistas. Y en esta pared se colocó una placa con los nombres de 24 requetés y de 23 soldados que murieron “por Dios y por España”. No todos eran de ese ideal, algunos eran abertzales o republicanos obligados a alistarse. Dicha placa fue rota por la organización Euskadi ta Askatasuna, en 1966 por dos veces. En la segunda fueron dos mondragoneses Juan José Etxabe, “Hundixe” y Jon Imanol Ozaeta “Gautxo”. Por quitar las flores de debajo de la placa le pusieron una multa de 25.000 pesetas al Párroco José Luis Iñarra. Luego quitaron la placa).