Entrevista realizada a Rafael Ceciaga
Entrevista realizada en octubre del 2006, en Arrasate, por Julia Monje y Juan Ramón Garay.
Me llamó Rafael Ceciaga Cortazar y nací en Mondragón el 5 de marzo de 1935, los 14 años que pase aquí han dejado una huella imborrable: las relaciones, las amistades, el recuerdo de todo eso ha sido muy grande y me acompañará toda la vida.
Te fuiste de Mondragón a Buenos Aires donde tu padre estaba como refugiado político.
Si, yo fui a Buenos Aires con 14 años. Significó un cambio muy muy grande. A los 14 años, aquí en Mondragón, en esa época yo ya no era un chaval, pero tenía conocimientos de chaval. Mondragón en esos momentos era un pueblo conservador, un pueblo reaccionario, con una Iglesia muy dura. Yo estudiaba en el Colegio de San Viator e indudablemente te daban una preparación un tanto pobre para enfrentarte con el mundo. Ir a Buenos Aires no era la gran panacea ni nada por el estilo, pero comparado con Mondragón era otro mundo. Justo había aprendido que no existían los reyes magos antes de irme a Buenos Aires. Fue un impacto muy grande el cambio de un pueblo a una ciudad en otro país.
¿ Cómo y por qué empezaste a construir estas obras dentro de botellas?
Primero porque creo que tengo cierta habilidad. Empecé haciendo barcos en botella, pero con eso no estaba conforme. Después hay otro dato que ha sido clave, yo no soy ciudadano argentino, por lo tanto no voto, en mi vida voté y todas estas cosas que encierro en las botellas me salen de dentro, es como una especie de necesidad que tengo de decir lo que pienso, de protestar por cosas que no me gustan, en una palabra estoy votando. Además voto cantado, voto de una forma pública, voto para que lo vean y que se diga: éste es de tendencia roja. Yo demuestro lo que pienso, ni siquiera es una voleta que se esconde y se mete en una urna, no, es una voleta que está todo el tiempo presente.
Cuando digo que no soy ciudadano argentino, es porque soy básicamente ciudadano vasco. Mis hijas a veces protestan y me dicen: papá, tendrías que hacerte ciudadano argentino para votar, así estamos restando un voto y yo les contesto en euskera: “neu Arrasatekoa naz, zuek zarie Argentinakoak, neu hangoa naz”
Siguiendo la estela de tu padre, un vasco rojo, llegaste a Buenos Aires. Viendo el contenido de tus obras, ¿se puede afirmar que continúas también por la estela política de aquellos vascos que lucharon por un mundo nuevo, por una Revolución Social, afincada en la realidad actual?
No te quepa la menor duda de que eso es así. La impronta, la marca que dejaron ellos, está presente. Fíjate, yo no he conocido a mi padre. Sacando cuentas le he visto tres meses cuando yo debía tener un año y medio. Yo nací en 1935 cuando mi padre estaba en la cárcel por los sucesos de octubre de Mondragón, estuvo año y pico preso hasta que salió con la amnistía en marzo de 1936 y empezó la guerra en julio de ese año, yo verle al padre solamente le vi en ese lapso de tiempo. Y después le he visto alguna vez escapando de Mondragón, en Abadiano y después por último en Gallarta, pero yo tenía dos años y pico, después nunca más le he visto.
Yo viví en Buenos Aires con Tatxo Amilibia, salíamos todas las noches, sobre todo en verano a caminar y no había día que no le preguntara algo. Yo me fui de Mondragón sin saber prácticamente nada de política. En Mondragón no se podía hablar porque en mi familia había un personaje franquista, entonces de política nada, bapes. Me encuentro en Buenos Aires a Tatxo que respiraba, vivía pura política, todas las noches me contaba historias, yo ahora lamento haber sido muy chaval en esa época para no guardarlas mejor en la memoria, pero indudablemente dejó dentro semillas.
Una consideración, vosotros escribisteis un libro, Arrasate 1936 Una Generación Cortada, en realidad no estaba cortada, tiene continuidad, ha tenido continuidad en Buenos Aires conmigo, yo a la vez con mis hijas, conocen mucho de todas las historias y además hago las botellas. ¿Para qué son? Es el pensamiento del abuelo para el nieto, las botellas no las vendo, no quiero vender ninguna botella, porque eso es mi forma de pensar y de ser.
Has empezado elaborando obras que tienen que ver con la realidad política Argentina. En una de ellas dices: Club de pescadores “ni olvido ni perdón”. Otra obra es: Escuela de Mecánica de la Armada (aquí se torturó, robó y asesinó Argentinos).
Yo he hecho algunas exposiciones de mis obras en Buenos Aires y he puesto un cuaderno para que la gente escriba. Una de las cosas que me llamó la atención y mucho es lo siguiente: ” El arte une, la política divide”, ese era el comentario. Yo pienso que no hay arte sin política. La política es la que determina el arte, la política tiene que determinar partidas para el arte, esas partidas pueden ser mínimas, inclusive te pueden determinar qué arte. La política que tu no haces la va a hacer otro. Ese es uno de los argumentos por los que yo hago política.
La tendencia era decir “aquí no ha pasado nada”, esa era la postura de Alfonsín, echar un montón de olvido, pero eso no va a solucionar nada. Yo acabo de llegar a Mondragón, y esta semana pasada apareció en Argentina un chaval que ya tiene 25 años, uno de los que habían robado, hijo de desaparecidos porque a la madre y al padre los mataron, y entregaron al chico a una familia, ha estado con otro nombre, son 86 los que ya han aparecido.
¿Cómo olvidar todo eso?.
No puedes olvidar. Ahí hay madres y abuelas que son dignas de honrar y remarcar. Para mí lo más valioso de Argentina son esas madres y abuelas de la plaza de Mayo.
La Escuela Mecánica de la Armada es una de las obras que más me gusta y la que tiene una significación más importante. Esa escuela queda muy cerca de mi casa y además está muy cerca de la cancha del River. Cuando el mundial de fútbol de 1976 -que ganó Argentina- los periodistas de todo el mundo hacían referencia al mundial diciendo que se escuchaban tiros, que había muertes cerca de la cancha del River, se referían a la Escuela Mecánica de la Armada, que está a 300 metros no más de la cancha. Ahí en los sótanos se torturaba, además todo era ilegal, de repente les metían en camiones y a ellos les decían que les estaban dando una vacuna y que eso significaba que iban a ir a una cárcel oficial y que se iba a oficializar el que ellos fueran presos, ¡mentira!, se les estaba dando un calmante para dejarles dormidos, meterlos en un avión y tirarlos al mar. Es de una magnitud terrible esa obra que he hecho. Yo tengo el taller y la exposición a la vista del público y entre la gente que pasa, muchos se quedan impresionados, unos me felicitan, otros lo rechazan y algunos no me saludan más, porque piensan completamente distinto a lo que pienso yo.
Casa del Gobierno, Ser pobre no es delito: Videla Asesino, ésta no es la democracia que queremos; otra es: Villa 31 Bienvenida Clase Media: Me imagino que Dios no ve esto pero sí lo ve Monseñor Berglogio, aunque parece estar preocupado solamente por León Ferrari. Es que esta “ceguera” lleva años, como nos lo demuestra Monseñor Aramburu ignorando a 30.000 desaparecidos
Son una referencia a la problemática argentina. Además da la casualidad que están muy cerca una de otra en cuanto a la ubicación geográfica, desde la casa del Gobierno ves la Villa 31 que es una villa Miseria.
Pongo detrás de la Casa del Gobierno, ser pobre no es delito, porque cuando bajo a la calle, a las 9 de la noche, estoy viendo a gente joven , gente grande, la mujer con el carro de la criatura a su vez con unos carros no tirados por caballos sino tirados por gente, donde van juntando cartones, van abriendo toda la basura, y van seleccionando la comida rescatable y comen esa comida. Yo vivo en un barrio de clase media alta, les miran con mala cara, les miran como si fueran mala gente, no son malos son simplemente pobres. Es curiosa la reacción de ellos, me ha tocado venir caminando y medio chocar y pedirme perdón, pedirme disculpas de una forma que no era razonable, porque no estaban haciendo otra cosa que su trabajo para subsistir, pero tienen miedo de que les impidan seguir trabajando.
La Villa 31 es una villa Miseria donde pueden vivir de 8.000 a 10.000 personas, en txabolas, sin desagües, con algunas tomas de agua. Está en el centro, probablemente en uno de los lugares donde más vale el terreno, económicamente hablando, pero se lo han tomado y ahora resulta un poco difícil que los saquen. Este gobierno no está tomando medidas. Pongo “Bienvenida Clase Media” porque los sucesivos gobiernos que hemos tenido en Argentina han empobrecido a la clase media, al extremo que han tenido que ir a vivir a esas villas miseria. La gente joven no tiene educación y termina yendo a las cárceles, que es donde les educan y eso es terriblemente triste. En una de ellas existía ese cartel, esta tomado de la realidad.
Vas a exponer por primera vez en Arrasate.
Así es y me genera verdadera conmoción interna mostrar estas obras en mi pueblo. Piensa que ya no vive mi padre, mi madre, mi hermana, pero son de aquí. Cuando muestro las obras aquí es un poco como si les mostrara a ellos. Para mí, solo eso tiene ya un valor muy grande, afectos… hori haundixe da.
Las obras que voy a exponer tienen muy marcada la parte afectiva, tiene más afectos que mensajes, hay alguna que incluso no dice nada y mucho menos de la actualidad. Como sabía que se celebraban acontecimientos de octubre de 1934 he hecho algunos comentarios. Hago referencia a la calle donde yo nací: Arrabal de Magdalena, al Trinkete o Casa del Pueblo, y a la fecha de 1934. Me refiero en otra botella a las declaraciones de Marcelino Oreja . Hago referencia al Portalón y pongo los nombres de mondragoneses que tantas veces le oí a Tatxo Amilibia. Después en la botella del ayuntamiento pongo la ikurriña y Presoak Euskal Herrira, esta petición va unida a Justizia barik pakerik ez dago, que lo escribo en la parte de atrás. Yo conocí la ikurriña en Buenos Aires, y me dio una rabia terrible no haberla conocido en Arrasate.
Son historias que yo he conocido muchísimo, ha sido una mezcla de historias y afectos, pero creo que ha dominado la parte afectiva. Los acontecimientos de 1934 han sido fundamentales en mi vida, piensa que cuando yo nací la partida de nacimiento la tuvo que firmar mi abuelo Julián Ceciaga, mi padre estaba preso en el fuerte de Guadalupe
En las botellas de Mondragón, en todas menos en una, pongo un dragón como tapón. En la del Portalón, que es medieval, he puesto de tapón un macho cabrío, el akelarre que también se emplea en Argentina para referirse a la noche de brujas.
En el primer lugar que expuse fue en el Euskal Kultur Etxea de Buenos Aires. Recién se da uno cuenta de la magnitud que puede tener lo que está haciendo es cuando los demás empiezan a hacer referencia de uno. En esa primera muestra al público fue como si se me abriera un mundo completamente distinto, para empezar vinieron todos los periódicos más importantes de Buenos Aires a hacer notas y las notas eran de una envergadura que no te digo que me asusté, pero sí me impresionó, no lo pensaba, vino la televisión, la radio, en poco cambió mucho mi forma de ser y de relacionarme con todo eso.
¿Qué te gustaría que viera la gente joven en tus obras?
A las personas jóvenes les diría muy poco, solo mostrarle nuestros pensamientos y que ellos saquen sus conclusiones y que en adelante ellos son responsables de lo que ocurra, es una posta nosotros correremos con ellos pero ellos adelante.
Ahora cuando llegue a Buenos Aires ya tengo pensado en un frasco muy grande como si fuera un tubo de ensayo, haré un avión y los mensajes que va a tener dentro son: Gernika, Hirosima y Nagasaki, Agfanistán, Irak y Beirut y voy a referirme a Bush y voy a escribir “el mundo no está mejor, no está más tranquilo, está como el culo”.
Fuente: Mondraberri